¡Hola a todos!
Les voy a contar una historia que
nunca creí que me sucedería, pero está claro que, conforme avance la tecnología
y tú existas en este mundo, vamos que no hayas muerto sino que, aunque tengas
más años que Matusalén sigas viva, estás expuesta/o a caer en las redes, nunca mejor
dicho, redes informáticas de delincuentes.
Esta mañana recogí el correo y me puse a ver
el extracto del banco entre suspiros de desaliento, viendo como el saldo de mi
cuenta iba disminuyendo conforme pasaba de una hoja a la otra. De pronto una de ellas llamó mi atención: la comunicación del importe de la factura del teléfono
fijo. Había 20€ de más de lo
habitual. Me quedé tan sorprendida que
la primera impresión fue volver a leerla, en realidad no había nada que leer
puesto que solo era una comunicación del banco haciéndome saber que me habían
cargado en la cuenta el importe abajo reflejado.
No obstante, no podía apartar la vista del mismo, como si esperara que
de un momento a otro aparecieran los detalles de las llamadas y me aclararan
semejante diferencia. Pero eso solo pasa en los cuentos. Una vez asimilé que
aquello era real y que me lo habían cobrado llamé a mi compañía de teléfono,
Movistar, para que me aclarasen la disparidad de la factura.
Me atendieron como siempre,
amables, atentos y muy profesionales. Me especificaron los detalles que
necesitaba y por último el teléfono de donde procedían cinco llamadas a un
número: 807 403 003 de una empresa llamada “MASVOZ TELECOMUNICACIONES”, cuyo
importe total era de 19,60 €.
Tuvo que repetirme varias veces
el nombre de la empresa porque en mi vida la había oído nombrar. Colgué y,
siguiendo su sugerencia, entré en internet para investigar quiénes eran los que
respiraban detrás de aquella empresa. ¡Olalá! Me llevé una sorpresa, otras
personas relataban lo mismo que yo de esta empresa. A esas alturas, yo me había
convertido en ayudante de Satán, hervía por dentro y por fuera, la ira y una
furia desatada se habían apoderado de mi persona.
Vuelvo a llamar a Movistar y la
persona que me atendió, con la misma actitud que la anterior, tomó nota de mi
reclamación, me dio el nº de la misma, y me informó de que, en diez días a lo
sumo, quedaría arreglado y me devolverían ese importe en la próxima factura,
que dado que la de Agosto ya estaba cerrada sería para la de Septiembre.
A mi vez, le informé de lo que
estaba pasando y le rogué lo comunicara a sus superiores y pusieran remedio a
lo que estaba sucediendo, porque, ¿quieren saber en qué consiste el timo?
" ¿Quién es? ¡Y dale con el silencio!"

No tengo dudas respecto a que mi
compañía de teléfono me lo deducirá de la próxima factura, es más, les he dicho
que ese importe se lo facturen al susodicho teléfono; que no sé si lo harán,
deberían, desde luego, sino que ¿con qué tranquilidad levanto el auricular del
teléfono si suena? ¿Y si lo vuelven a hacer? ¿Quién me garantiza que no habrá
problemas? Nadie, porque, le sugerí a la persona que me atendió si podría
bloquearme la entrada de llamadas de esta empresa y me contestó que no podía
hacerlo.
"No se oye nada, ¡qué pesado! ¿Quién será? Y así todo el mes
A lo mejor es un admirador, ¡nunca se sabe!
¡Milagros más raros ha habido!"
Si no tiene nada que decir, ¿para qué llama?
De modo que, desde aquí les sugiero que le pongan una funda al
teléfono fijo, le limpien el polvo, lo miren de vez en cuando y cuando lo oigan
sonar le manden un beso volado y le digan “Espera a que mejore el tiempo para
levantarte de tu asiento”.
¿Creen que esto ha terminado? Pues no, tal y como les decía, hace un momento han vuelto a llamar, lo he cogido y otra vez lo mismo: ni una palabra. Encendida como estoy he acertado a escupirles, cual ranillera: "Hijos de P" y he cortado. Mañana llamaré a Movistar de nuevo.
Les seguiré contando porque esto no ha terminado, estoy segura.
À toute à l'heure.