miércoles, 21 de abril de 2021

                                 


                     lunes, 16 de octubre de 2017

EL CLUB DE LOS INDEPENDENTISTAS MUERTOS


Las noticias sobre Cataluña están presentes en la vida de los ciudadanos de toda España. Cada cual lo enfoca de manera distinta emanada de los conocimientos que tenga al respecto o el lugar en donde viva. No obstante, hay un evidente distanciamiento en las posiciones de la clase política y el pueblo llano en general. Mientras éste cree que se deben aplicar todas las medidas necesarias para que termine el conflicto, como la detención de todos los involucrados y el restablecimiento de la paz con  la aplicación del artículo 155, la clase política, con excepción de Ciudadanos y el PP, considera que hay que seguir dándoles tiempo a "que reflexionen y vuelvan a la legalidad"  Pedro Sánchez del Psoe ha accedido a la aplicación del 155 siempre y cuando, después de acabar el conflicto, se aborde la reforma de la Constitución. Y aquí es donde aparecen las encendidas discusiones del pueblo. Pedro Sánchez va a entrar en un terreno en el que cree que todo va a ser una panacea. Yo creo que será un terreno muy resbaladizo porque los españoles de hoy no estarán por la labor de firmar cualquier cosa. ¿Cambios en la Constitución? Si, por supuesto, pero esta vez ni el País Vasco, ni Navarra ni Cataluña se adjudicarán fueros y prebendas medievales en detrimento del resto. De eso nada. Aquí todos somos iguales  Ya está bien de llegar a ser ser el primero de la lista pidiéndole prestado al resto de España y no pagando sus deudas después. Así cualquiera, hasta Somalia. Estamos siendo chantajeados una y otra vez por estas comunidades para todo, para firmar los presupuestos, para apoyar con sus votos al Gobierno de turno, para obtener mejor financiación o préstamos... Mientras, en la soledad del páramo, los demás miramos con decepción y rabia estas prácticas discriminatorias, que se aplican sin rubor constantemente. Si, señores, vamos a reformar la Constitución, pero esta vez tendrán que contar con todos de verdad. A ver que tal resulta.

El segundo aspecto de esta oleada del nacionalismo catalán o de cualquier nacionalismo de cualquier país es por qué se produce. La realidad siempre es la misma: Ambición y mediocridad o al revés, da lo mismo. Uno claramente identificado por el que la padece mientras que el otro se intenta ignorar por lo que avergüenza. Es muy fácil de ver. Cuando no se tiene talento para los negocios, o no se es heredero de un linaje de alcurnia parejo con un gran fortuna nace, sin remedio, una enorme frustración que de alguna manera hay que canalizar bajo riesgo de sufrir un colapso nervioso. Eso es todo. Los nacionalismos, como el que sufre una parte de Cataluña, son movimientos generados por esos dos sentimientos. Desde Pujol y Arturo Más hasta Puigdemont, pasando por Junqueras, Forcadell y los dirigentes de la Cup y asociados padecen de esta doble enfermedad. Vemos los intentos continuados de todos ellos a lo largo de sus vidas profesionales por alcanzar el éxito, en el ámbito que sea, siempre y cuando vaya acompañado de fortuna, y no lo han conseguido. Es verdad que muchos ni siquiera lo han intentado por las nulas posibilidades de obtenerlo, de modo que han ido directamente a la vida política. Ese cajón donde, revolviendo se puede encontrar casi cualquier cosa sin que nadie analice demasiado. Claro que, este camino tampoco es tan transitable a pesar de que está adoquinado. Los grandes empresarios,esa gente con la que hay que tratar para que suelten una sustanciosa comisión o cualquier otro beneficio, son grandes por algo, por ese talento del que estos nacionalistas carecen, de modo que, sacarles un mísero 3% por un contrato que por una vez tienen la potestad de conceder debido al puesto político que ocupan, no es fácil. Y lo que es peor, no es suficiente. No alcanza para nada. Hay que obtener más poder, hay que obtener todo el poder, hay que tener El Poder. Es lo que llamamos un Déjà vu. ¿Por qué no intentarlo? En el pasado se hizo y si bien algunos fracasaron, otros llegaron a feliz término. Feliz en cuanto al objetivo, fracaso en sus consecuencias. Demasiadas muertes. Pero, qué significan unos cuantos muertos a los que nadie echará en falta, salvo sus familias, olvidados al instante por lo irrelevante, si con ello se obtiene El Poder?  A eso se reduce todo. Eso es lo que sucede en Cataluña. Mediocridad y ambición. Una mezcla que se ha demostrado letal siempre. Cuando sucede hay muertes y miseria. Algunos han triunfado y han conseguido lo que querían, aunque lo hayan disfrutado poco tiempo porque la vida no es eterna, y otros han fracasado y el país se ha salvado.

Ah! me olvidaba. La Educación debe quedar centralizada, la misma para todos. Vigilada por el Gobierno y por favor sin inventos ni manipulaciones. Ha llegado el momento de contar la Historia tal y como fue. Los cuentos de Cenicienta, Blancanieves y Caperucita se los dejamos a Centroeuropa, su habitat natural.



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sábado, 7 de octubre de 2017

UN DIÁLOGO DE BESUGOS

De un tiempo a esta parte miedo me da ir a comprar. Veamos lo que me pasó hace unos días en una tienda de deportes.


_ Si, dígame, ¿qué busca? palabras de la dependienta. Yo no buscaba nada en realidad, miraba a mi alrededor, pero en fin, vamos a dejarlo así.

_ Pues mira, ya que estás aquí necesito calcetines reforzados para correr, no son para mí sino para un chico.

_ ¡Ah!, si, calcetines para ranan.

_ ¿Cómo dices? ¿Calcetines para ranas? Perdona, ¿es una broma?

_ No, no, lo que busca son calcetines para ranin.

_Y yo le digo a Ud. que no quiero calcetines para ranas, lo que quiero son calcetines reforzados para correr. ¿Me quiere decir Ud. que ahora se venden calcetines para las ranas?

_ ¡Jajajaja! se reía la dependienta mientras yo la miraba impertérrita dejándola hacer. Luego se recompuso y me suelta:

_ Perdone, pero me ha hecho mucha gracia la asociación de ideas, (¡qué lista!, pensaba yo) y,a continuación, en plan profesoral: ranin es una palabra inglesa que significa correr, por eso, calcetines para ranin.

_Mira, hija, estamos en España, soy española y por lo tanto te sigo preguntando lo mismo: ¿Tienes calcetines reforzados para correr, las personas, no las ranas? ¿si, o no?

_ Vale, señora, sí, tenemos calcetines reforzados para correr. Son estos,

_ Gracias. Me llevo estos cinco.


Sin comentarios.



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lunes, 16 de octubre de 2017

EL CLUB DE LOS INDEPENDENTISTAS MUERTOS


Las noticias sobre Cataluña están presentes en la vida de los ciudadanos de toda España. Cada cual lo enfoca de manera distinta emanada de los conocimientos que tenga al respecto o el lugar en donde viva. No obstante, hay un evidente distanciamiento en las posiciones de la clase política y el pueblo llano en general. Mientras éste cree que se deben aplicar todas las medidas necesarias para que termine el conflicto, como la detención de todos los involucrados y el restablecimiento de la paz con  la aplicación del artículo 155, la clase política, con excepción de Ciudadanos y el PP, considera que hay que seguir dándoles tiempo a "que reflexionen y vuelvan a la legalidad"  Pedro Sánchez del Psoe ha accedido a la aplicación del 155 siempre y cuando, después de acabar el conflicto, se aborde la reforma de la Constitución. Y aquí es donde aparecen las encendidas discusiones del pueblo. Pedro Sánchez va a entrar en un terreno en el que cree que todo va a ser una panacea. Yo creo que será un terreno muy resbaladizo porque los españoles de hoy no estarán por la labor de firmar cualquier cosa. ¿Cambios en la Constitución? Si, por supuesto, pero esta vez ni el País Vasco, ni Navarra ni Cataluña se adjudicarán fueros y prebendas medievales en detrimento del resto. De eso nada. Aquí todos somos iguales  Ya está bien de llegar a ser ser el primero de la lista pidiéndole prestado al resto de España y no pagando sus deudas después. Así cualquiera, hasta Somalia. Estamos siendo chantajeados una y otra vez por estas comunidades para todo, para firmar los presupuestos, para apoyar con sus votos al Gobierno de turno, para obtener mejor financiación o préstamos... Mientras, en la soledad del páramo, los demás miramos con decepción y rabia estas prácticas discriminatorias, que se aplican sin rubor constantemente. Si, señores, vamos a reformar la Constitución, pero esta vez tendrán que contar con todos de verdad. A ver que tal resulta.
El segundo aspecto de esta oleada del nacionalismo catalán o de cualquier nacionalismo de cualquier país es por qué se produce. La realidad siempre es la misma: Ambición y mediocridad o al revés, da lo mismo. Uno claramente identificado por el que la padece mientras que el otro se intenta ignorar por lo que avergüenza. Es muy fácil de ver. Cuando no se tiene talento para los negocios, o no se es heredero de un linaje de alcurnia parejo con un gran fortuna nace, sin remedio, una enorme frustración que de alguna manera hay que canalizar bajo riesgo de sufrir un colapso nervioso. Eso es todo. Los nacionalismos, como el que sufre una parte de Cataluña, son movimientos generados por esos dos sentimientos. Desde Pujol y Arturo Más hasta Puigdemont, pasando por Junqueras, Forcadell y los dirigentes de la Cup y asociados padecen de esta doble enfermedad. Vemos los intentos continuados de todos ellos a lo largo de sus vidas profesionales por alcanzar el éxito, en el ámbito que sea, siempre y cuando vaya acompañado de fortuna, y no lo han conseguido. Es verdad que muchos ni siquiera lo han intentado por las nulas posibilidades de obtenerlo, de modo que han ido directamente a la vida política. Ese cajón donde, revolviendo se puede encontrar casi cualquier cosa sin que nadie analice demasiado. Claro que, este camino tampoco es tan transitable a pesar de que está adoquinado. Los grandes empresarios,esa gente con la que hay que tratar para que suelten una sustanciosa comisión o cualquier otro beneficio, son grandes por algo, por ese talento del que estos nacionalistas carecen, de modo que, sacarles un mísero 3% por un contrato que por una vez tienen la potestad de conceder debido al puesto político que ocupan, no es fácil. Y lo que es peor, no es suficiente. No alcanza para nada. Hay que obtener más poder, hay que obtener todo el poder, hay que tener El Poder. Es lo que llamamos un Déjà vu. ¿Por qué no intentarlo? En el pasado se hizo y si bien algunos fracasaron, otros llegaron a feliz término. Feliz en cuanto al objetivo, fracaso en sus consecuencias. Demasiadas muertes. Pero, qué significan unos cuantos muertos a los que nadie echará en falta, salvo sus familias, olvidados al instante por lo irrelevante, si con ello se obtiene El Poder?  A eso se reduce todo. Eso es lo que sucede en Cataluña. Mediocridad y ambición. Una mezcla que se ha demostrado letal siempre. Cuando sucede hay muertes y miseria. Algunos han triunfado y han conseguido lo que querían, aunque lo hayan disfrutado poco tiempo porque la vida no es eterna, y otros han fracasado y el país se ha salvado.
Ah! me olvidaba. La Educación debe quedar centralizada, la misma para todos. Vigilada por el Gobierno y por favor sin inventos ni manipulaciones. Ha llegado el momento de contar la Historia tal y como fue. Los cuentos de Cenicienta, Blancanieves y Caperucita se los dejamos a Centroeuropa, su habitat natural.


sábado, 7 de octubre de 2017

UN DIÁLOGO DE BESUGOS

De un tiempo a esta parte miedo me da ir a comprar. Veamos lo que me pasó hace unos días en una tienda de deportes.

_ Si, dígame, ¿qué busca? palabras de la dependienta. Yo no buscaba nada en realidad, miraba a mi alrededor, pero en fin, vamos a dejarlo así.
_ Pues mira, ya que estás aquí necesito calcetines reforzados para correr, no son para mí sino para un chico.
_ ¡Ah!, si, calcetines para ranan.
_ ¿Cómo dices? ¿Calcetines para ranas? Perdona, ¿es una broma?
_ No, no, lo que busca son calcetines para ranin.
_Y yo le digo a Ud. que no quiero calcetines para ranas, lo que quiero son calcetines reforzados para correr. ¿Me quiere decir Ud. que ahora se venden calcetines para las ranas?
_ ¡Jajajaja! se reía la dependienta mientras yo la miraba impertérrita dejándola hacer. Luego se recompuso y me suelta:
_ Perdone, pero me ha hecho mucha gracia la asociación de ideas, (¡qué lista!, pensaba yo) y,a continuación, en plan profesoral: ranin es una palabra inglesa que significa correr, por eso, calcetines para ranin.
_Mira, hija, estamos en España, soy española y por lo tanto te sigo preguntando lo mismo: ¿Tienes calcetines reforzados para correr, las personas, no las ranas? ¿si, o no?
_ Vale, señora, sí, tenemos calcetines reforzados para correr. Son estos,
_ Gracias. Me llevo estos cinco.

Sin comentarios.


miércoles, 30 de diciembre de 2015

EL TIMO DEL INGLÉS




Recordaré estas fiestas de Navidad y de Fin de Año como infumables y eso se lo debo a la estupidez de los empresarios de este país. A todos les ha dado por creer que hay que felicitar las fiestas en inglés y se han puesto a la tarea con ahínco, celo y tesón. Así encontramos que Zara, Stradivarius, y compañía nos reciben con la Crisma de la Merry en grande, dorada y en la frente pues nos damos de lleno con ella nada más llegar. Otros con el Japi Joliday y con frases alusivas a la elegancia de lo que exhiben, pero en inglés. Atónita me preguntaba si no estaría en Inglaterra y no me habría enterado. Recorrí calles y tiendas a la búsqueda de mi identidad lingüistica y la encontré, pero en aquellos que no eran franquicias como El Corte Inglés que me recibía con un Felicidades reconfortante en la fachada. En aquél momento tomé una decisión: Si en mi propia casa me cierras la puerta, no te preocupes que no volveré. De modo que todas mis compras las he hecho en el Corte Inglés; ni tan siquiera me he molestado en entrar en las otras, hice como si no existieran.

Segunda parte: Llegado el momento de hacer los regalos fui a comprar etiquetas a la librería y he aquí lo que sucedió. Todas vienen con la Crisma de la Merry y el From y el To. Horrorizada comprobé que tras rebuscar un buen rato no encontraba ninguna en español. De música de fondo se oía el Yingolbel sonando alegremente sin que nadie se dignara tan siquiera tararearlo. Normal, el pueblo es sabio y a palabras necias oídos prrrprprprp. No me quedó otra que comprar tarjetas en blanco y hacerlas yo misma. Tachar el From para poner Para y el To para De se me antojaba una guarrada.

Tercera parte: Me encantan las magdalenas y las que hacen ahora son geniales: rellenas de distintos sabores y en formatos más grandes, pero, y aquí surge de nuevo la machangada, ahora las llaman Mufin. Claro que yo las sigo llamando magdalenas y la dependienta, muy española ella, al ver que yo le daba ese nombre se unió a mí con la mayor naturalidad. Se la veía cómoda, como si al fin alguien le hablara de algo conocido y manejable.     

Cuarta parte: Los anuncios de los perfumes me taladran los oídos. Oír pronunciar el Caagolina Heguega y el Paco Gaban se me hacen insoportables. He comprado Adolfo Domínguez cuyo anuncio me ha parecido el más elegante de todos y la fragancia perfecta.

¿Dónde está la publicidad de El Almendro que todos los años nos recibía con el regreso a casa por Navidad y que a todos se nos saltaban las lágrimas al verlo? Relegado al olvido para dejar paso a una familia inglesa y al gordo del Noel de la mano de Coca Cola, que, por coherencia con el resto, he dejado de tomar; ya lo hacía bien poco, pero ahora nada de nada. 

Cuando ya me había rendido, triste y abatida como Nadal cuando pierde, el rey hace acto de presencia y, en ese momento, sentí que no todo estaba perdido. Verlo en aquella estancia del salón del trono, rodeado de la grandeza de nuestra Nación y sus palabras llenas de energía y de aliento fue como si me inyectaran un afrodisíaco. Me sentí más orgullosa de ser española que nunca y se lo agradecí en el alma. Dormí esa noche repasando la historia. De modo que lo que sucedió al día siguiente fue la confirmación

Día D: Pasear en Canarias es un gustazo y los canarios lo sabemos pero, aún más lo saben los extranjeros que nos visitan. A mitad de la Avenida de donde me encontraba llena de turistas en camisetas, pantalones cortos y sandalias una pareja de treinta y largos austriaca se dirige a mí, en perfecto español, a preguntarme por una calle. Sorprendida los felicité por lo bien que lo hablaban y ahora viene lo mejor. Voy a resumirles la conversación para no aburrirlos. Alternándose en sus explicaciones me dijeron que estaban extrañados de que hubieran tantos anglicismos, que parecíamos una sucursal de Inglaterra y que lo chocante era que luego, salvo excepciones, nadie sabía inglés. En la conversación sacaron a colación lo que sucedía en el resto de Europa, que yo ya sé porque lo he comprobado in situ, el inglés lo sabe la mayor parte de los ciudadanos de Centro y norte de Europa como idioma vehicular, utilizado cuando se necesita y en contexto pero, nadie, y se refería a cualquier manifestación pública o privada, se le ocurría usarlo en detrimento de su propio idioma. Así en Austria se habla alemán y todo, desde una felicitación hasta un anuncio en la tele está en ese idioma. En el resto de países colindantes pasa lo mismo, Noruega, Suecia, Dinamarca, Chequia...menos en España. ¡Qué pena no haber tenido una grabadora en aquel momento!  

Amigos, después de todo esto, hice un ejercicio de recopilación y puse en un lado la cursilería y el complejo de los bobos de los empresarios y de algunos otros y, en el otro lado, la sabiduría del pueblo español y sus grandes gestas y ¿saben qué? este lado pesaba muchísimo más, de modo que cuando pasé por delante de una tienda  con su tonta frase de la Crisma de la Merry, sonreí y dije en voz alta: Cuando alguien haga la gesta de descubrir todo un Continente como América con tres piches cascarones de madera, entre otras, podrá hablarme de tú a tú. Mientras tanto, hoy por hoy ser español sigue siendo lo máximo, al menos para mí y tú, sigue golpeándote la crisma que es lo tuyo.

P.D. Y con respecto a Nadal lo siguiente: nadie más que yo es su seguidora más ferviente, gane o pierda, todo el mundo lo sabe, pero me parece una falta de respeto y de elegancia que sus primeras palabras de agradecimiento al ganar un torneo sean en inglés. Las primeras han de ser en español en agradecimiento a toda una nación que le apoya de manera incondicional, su idioma y luego el resto.

Visto lo visto pienso si no nos estarán timando con eso de "Aprende Inglés porque si no no podrás vivir en paz": Al menos ese es el espíritu que se desprende del mensaje. Reflexionaré sobre ello el año que viene.
Feliz Año Nuevo y felices Reyes, que todavía siguen siendo nuestros, y los celebramos.  ¡Faltaría más!

domingo, 4 de octubre de 2015

HUGO BOSS, CRISTIAN DIOR Y DIESEL VS. SOFÍA LOREN




¡Hola a todos!


Hoy día, en cualquier ciudad del mundo con la vida ajetreada que llevamos es raro que algo te llame la atención de manera rotunda, es decir, más allá de un vistazo o de un breve comentario. Si sucede, lo cual es un milagro, no suele durar más de unos pocos segundos para luego pasar al olvido definitivo. Lo vemos a diario en cualquier lugar, en una farmacia, en un mercado o en una tienda de moda, da lo mismo, la gente entra y sale como hormigas en un hormiguero. Detener la mirada en algo concreto durante un rato largo es raro; por lo general, vamos a piñón fijo hacia un punto determinado a la búsqueda de algo que necesitamos y cuando   no es así, sino que estamos por estar, por distracción, por echar un ojo a las novedades, lo normal es que deambulemos de una sección a otra sin que nada en especial nos llame la atención.


Yo me uno a este vagabundeo en ocasiones, cuando la rutina diaria me exaspera más de lo habitual y necesito echar un vistazo al género humano y constatar que aún pertenezco a él, a pesar de todo. Y, en uno de esos momentos, hace un par de días, me topé, esa es la palabra, con un enorme cartel publicitario con la imagen de un hombre anunciando un perfume. Nada nuevo, pueden pensar algunos, pero desde aquí ya les digo yo que sí que lo es, es muy diferente a lo que estamos habituados a ver. 


El hombre que te mira desde las alturas en una pose desenfadada y enfundado en un traje de corte impecable, te deja clavada en el sitio. Francamente, es difícil hoy día contemplar a un hombre así, de modo que, seguí allí mirando el cartel unos minutos más preguntándome qué era lo que lo hacía tan atractivo además de la apostura, la elegancia, el traje oscuro, la camisa blanca y la corbata. Todo eso contribuye pero no es determinante. Yo buscaba otra cosa, había algo más...; hasta que, al fin, me di cuenta. Lo que en verdad me mantenía pegada al cartel era la serena virilidad que transmitía. Sin esfuerzo ni aspavientos.



La dependienta se me acercó y al verme tan ensimismada, atinó a comentar: “¡Es tan sensual, tan masculino, ¿verdad?”
Me quedé pensando en sus palabras y después de un rato llegué a la conclusión de que la reflexión era demasiado simplista.  
No obstante, era verdad.  
Después de semejante reclamo no me quedaba otra opción que probar la fragancia que anunciaba, qué menos. La dependienta cogió una tira de cartulina y esparció el perfume con destreza, con la práctica que da la rutina y, a continuación me la ofreció. No sé el tiempo que hacía que no me detenía a oler un perfume masculino, a no ser los clásicos, que son intocables y atemporales pero, debo reconocer, que el aroma de éste es relajante y alegre; el componente cítrico ralentiza el paso del tiempo, conserva al hombre en una eterna edad de primera madurez, le insufla pasión y autenticidad. Fascinante.
De modo que, mis más sinceras felicitaciones a la firma Hugo Boss porque el anuncio es, sencillamente, perfecto. 



Otro que llamó mi atención fue el de Cristian Dior. El modelo que lo anuncia es completamente diferente al anterior pero no menos acertado. Es un hombre transgresor, un páramo agreste, salvaje, poco dispuesto a dejarse domar porque no va con su naturaleza y, el perfume que anuncia, refleja ese carácter: flores silvestres con un profundo halo de libertad. Este hombre no sugiere, afirma; las medias tintas no van con él, las cosas son blancas o negras, los colores intermedios una debilidad, y él no lo es. Usa este perfume porque encaja con su personalidad, pero más que nada porque quiere, porque le viene en gana.
Ha sido un acierto. El anuncio es muy bueno. 




El último en el que me detuve fue en Diesel. El plano del anuncio es más corto y directo. Tuve que alejarme para poder verlo mejor, muy cerca dejas de apreciarlo, se te viene encima. No obstante está también muy logrado. El modelo expresa cercanía, naturalidad, conversación inteligente sin excesos; es como un paseo por Madrid, una visita al Prado o una cena en un bar sin pretensiones. Un hombre así aprecia la sencillez y la cultiva pero le gusta un toque que le haga sentirse especialmente bien, un toque superficial, extravagante si se quiere, el contrapunto a lo predecible de su persona. El perfume que anuncia lo consigue: es fresco y desenfadado con una pizca de sequedad. Me hizo sentir agradecida con la vida y eso es mucho.




 
A punto de marcharme, giro a la derecha y allí estaba ella, eterna como Roma, una diosa del Olimpo con un regalo en los labios, una fresa con un toque de lilas, sugerente y contenido; un otoño incipiente con reminiscencias del verano que se va pero que la diva retiene porque puede, porque es Sofía Loren. No se puede competir con ella y aspirar a ganar, hay que conformarse, y Dolce y Gabbana lo sabe, es de la misma tierra, con los mismos vinos y la misma cintura. Insuperable.

  


  

miércoles, 7 de enero de 2015

LOS PERFUMES Y EL ESPAÑOL


¡Hola a todos!

Hay qué ver lo que tragamos y sin rechistar. Lo digo por la publicidad; el bombardeo es tal que si te apetece, te da tiempo a ver varias cadenas al mismo tiempo. Cinco, siete y hasta diez minutos de anuncios, uno tras otro sin parar. Claro que, la gente, aprovecha ese tiempo para ir al frigo, al baño, llamar por teléfono o salir a comprar algo y, a la vuelta, comprobar que todavía están los anuncios. Uno de esos días en los que no me apetecía abandonar el sofá, me puse a analizar la publicidad y algo llamó mi atención: los anuncios de los perfumes se sucedían uno tras otro, sin descanso ni tiempo para asimilar las diferencias. Qué maravilla, qué glamur intentan desplegar los creativos de las marcas para incitarnos a comprar, claro que, a veces, se les va la pinza, porque los pequeños detalles, como la mala pronunciación, cantan demasiado. Y es que, si algo define la garra y el tronío de nuestro idioma es el carácter de la r, o rr.  Deben sonar de manera suave y casi trémola en ocasiones, y, de forma contundente y con autoridad en otras.

El trofeo se lo lleva aquella palabra en la que hay que utilizar ambas y, es entonces, cuando el examen de las Rs se pone peliagudo, como en el caso del perfume de CAROLINA HERRERA, ¡toma ya! ¿No querían Rs? Pues vale la muestra. Las imágenes del perfume nada que objetar, pero, ¡ay! la pronunciación, es un ataque despiadado a los oídos. Veamos si puedo traducir el encanto de la voz fuera de cámara que escuchamos de fondo: "Tacatacataca... Caagolina Heeguega". La parte del tacataca pasa, eso sí, sin pena ni gloria porque es ininteligible, pero cuando llega a lo de "Caagolina Heguega", los oídos hacen click y comienzan a defenderse con una sacudida de las orejas, lo que han oído es insólito, ¡no puede ser! ¿Será que las palabras no han llegado con nitidez al fondo del laberinto? se preguntan y, curiosos, se preparan para el siguiente corte de la publicidad, se afilan como a murciélagos y la vista, como a linces, para que no se les escape nada. Pero, de nuevo, comprueban que han oído bien, que el nombre está pronunciado como si fuera algo gelatinoso, pegajoso y resbaladizo, lo más alejado de la fragancia romántica que la publicidad quiere transmitir.
¡CAAGOLINA HEGUEGA! ¿Quién da más glamur?

Hay que tener cuidado con esos detalles, la publicidad está hecha para que nos atraiga comprar el producto anunciado con entusiasmo y, en este caso, cuando veo el perfume en la tele y oigo pronunciar el nombre no puedo alejar de mí la sensación de que en cuanto lo tenga en las manos se me va a "escuguig" entre los dedos, como si se tratase de miel o de algo peor.


                                                                                           Amog, pásame el pegfume de Caagolina Heguega,  pog favog.
                                                                                           ¡Clago! 
                                                                                                                   ¿Este?


El siguiente que me ha llamado la atención es el de PACO RABANNE. El galimatías en inglés es que ni lo comento, ¿para qué? no vale la pena. Un anuncio en el que tengo que preguntar qué es lo que dice mejor dejarlo, es como un puñetazo en el ojo. Y de nuevo, pues todos tienen el mismo esquema, la voz fuera de cámara "tuquituquituqui... Paaco Gabaan", engolada y gelatinosa mientras, el invictus, coloca sobre su hombro una copa demasiado pequeña en relación al cuerpo; hubiera quedado mejor llevándola en la mano o, si en el hombro, una copa bastante mayor. En fin, un pobre final para una fragancia que quiere transmitir fuerza y seguridad masculina.

El nuevo anuncio del mismo perfume es más de lo mismo. Lo único que se entiende es el chasquido de los dedos y para culminar el "Paaco Gabaan..."


¡Ah, los detalles! ¡qué pequeños y qué importantes! Son los que pueden hacer que un anuncio pase sin pena ni gloria, que una película solo la vean cuatro o que las series tengan que retirarlas al siguiente día de estrenarlas. Ignoro cómo a los profesionales se les escapan tales extremos, son básicos para conseguir un todo armónico y coherente y que un producto cale en el público.




Por esos detalles, cuando un día se produce el milagro y nos encontramos con algo original o, bien hecho, nos convertimos en adictos del producto, nos enganchamos a él como sanguijuelas, lo anotamos en la agenda para que no se nos olvide comprarlo, como un perfume, o de verlo si es una peli o una serie. Por poner un ejemplo me viene al recuerdo la serie inglesa Danton Abbey. Un titánico ejercicio de guión y dirección por plasmar el espíritu de una época. ¿Cuál es el truco? Mucho trabajo documental, al margen de si será rentable o no y, el entusiasmo por hacer algo bueno de verdad. Ahí es nada. El producto final, sin duda, soberbio, por lo que, desde aquí mis más efusivas felicitaciones. Si a ello le sumamos el magnífico doblaje al español el resultado es indiscutible.

Siempre se oye decir : "hay que cuidar los detalles", pues bien no lo están en muchos anuncios publicitarios. Una R bien pronunciada dice más que cien imágenes, a favor o en contra del mismo. Un ejemplo: la palabra AMOR. Esa R del final es casi inaudible y, no obstante, es la esencia misma de su significado. Sin ella no hay amor, no hay nada. Hay que pronunciarla con naturalidad, con gracia y en ocasiones con pasión, si no no transmitirá lo que queremos.

Carolina Herrera, un nombre y un apellido muy español, aunque ella sea venezolana; al fin y al cabo, lo mismo y, sin embargo, hay qué ver, hay qué ver, hay qué ver cómo lo maltratan...


      ¿ Quién dijo: "Lo importante es el glamur"? Pues ya está: Glamur y con botella grande. ¡sí señor!













He visto muchos anuncios de perfumes, algunos están bastante bien, sin duda, otros, no lo suficiente. Por ejemplo, el de CHANEL nº 5. La historia no es novedosa pero sí atemporal con lo que entra fácil. No obstante, siendo como es un perfume francés, francés hasta la médula, pierde esa esencia con la canción de fondo cantada en inglés. Es como cazar moscas con escopetas. La música debería ser una balada en francés y la nota escrita de igual manera porque, lo que hace atractivo e irresistible cualquier cosa que queramos comprar es la autenticidad, y más francés que Coco Chanel...,

No todo vale, sin duda ninguna; hay un punto en el que la verdad de las cosas resulta mucho más atractiva e interesante que una realidad impostada. Algunos dirán, es que están hechos para los que saben inglés y yo les contesto por qué entonces lo pasan en España? Acaso no es de todos sabido el nulo conocimiento que tenemos la gran mayoría de los españoles de ese idioma, o de cualquier otro que no sea el español? Y que, por esa desidia o desgana, como quieran llamarlo, los mensajes en ingles, alemán o chino nos entran por un costado y nos salen por el otro? Es una realidad que no se puede forzar ni con anuncios, ni con cursillos, ni con nada. No obstante, no somos los únicos. ¿Las causas? pueden ser muchas pero creo que subyace una reacción de rechazo natural, o, quizá simplemente sea que somos muy malos en ese aspecto. Es posible. Tenemos demasiado buen clima, sol y alegría de vivir, como para perder el tiempo en aprender un idioma; no terminamos ni de aprender bien el nuestro, conque otro nuevo...

 El desespero viene cuando tenemos que comprar algo importante, un artilugio informático por ejemplo, como el ordenador y, todas sus prestaciones, vienen en inglés. Qué desastre y qué impotencia y qué situaciones tan incómodas. Los dependientes que sí saben informática e inglés, pierden un montón de tiempo tratando de explicar al cliente lo que significa cada punto pero, cuando el idioma lo saben a trompicones nos encontramos en una situación muy cómica: alguien que quiere vender y no sabe cómo traducir o explicar las prestaciones del aparato y otro que quiere comprar y no se decide porque no entiende nada, las instrucciones están en un idioma incomprensible.  "Intel core 2 Duo processor..." o, "Up to 256MB NVIDIA..."  3GB DDR2...???? Y solo es una muestra.




¡Te dije que no es como la máquina de escribir! Y, ahora, ¿qué hacemos?









Volviendo a los perfumes, ese idioma italiano, alegre y desenfadado en boca de una actriz como la Blanchett se convierte en áspero y duro, demasiado anglo aunque se esfuerce por pronunciarlo bien. No es autentico. ¡Lástima! Sin embargo, no todo está perdido, el intento por reflejar el carácter de la firma GIORGIO ARMANI y la costa mediterránea está conseguido. Todo ello en unos cuantos fotogramas. No es perfecto pero casi. Podría haber estado mejor de haberlo doblado una voz italiana.


Así pues, no todo vale, lo sabemos y, sin embargo, nos empeñamos en forzar los hechos. Esto pasa, hoy día, constantemente. Las películas americanas son un ejemplo. Sin duda, los mejores en el dominio de esta industria y, no obstante, qué malos son a la hora de escoger los temas, o mejor el tema ya que solo hay uno a desarrollar: las hazañas, reales o inventadas, del pueblo norteamericano. Da igual lo que sea: la conquista del oeste, las guerras donde han intervenido, el espacio, la casa blanca, las tormentas, los tornados,los crímenes y Disney. Un aburrimiento total. De San Juan a Corpus son capaces de dar con un tema interesante y, para ser justos, cuando lo logran son los mejores. ¡Qué le vamos a hacer! ¿Como dice el dicho?  ¿Dios le da pelo a quién no tiene cabeza? Pues eso.

¿Creen que un perfume es algo como el arte, innecesario? Tal vez, pero una gotas en nuestra piel...


¡Féliz Navidad, un Nuevo Año mejor aún y lo mejor de todo: unos Reyes espléndidos!



domingo, 2 de noviembre de 2014

LA MODA Y EL INGLÉS





Saludos a todos los que me leen. Aquí estoy de nuevo.

Ya debería haberles contado un par de historias nuevas pero ¡ah, la escasez de tiempo y otras excusas y zarandajas no me han dejado!

Estamos en otoño porque sabemos desde siempre la fecha de su aparición, pero este año se resiste a hacer acto de presencia, continúa de vacaciones en toda la Península y por supuesto en Canarias. Las temperaturas siguen siendo las mismas que en agosto. No obstante, por aquello del hábito y de la disciplina he intentado seguir las mismas pautas de siempre: sacar la ropa de inverno del armario y llevar a la tintorería aquellas prendas que lo necesitan, como si con esa acción estuviera dándole un empujoncito al adormecido otoño obligándolo a despertarse. Y es que ya estoy harta del calor, como también lo estoy de otras cosas, por ejemplo, del avispero de la política. No es posible encender la radio o la televisión sin cierto temblor de mano y expectación mientras te preguntas: ¿qué será lo que habrá sucedido desde anoche hasta ahora? Parece poco probable que en tan pocas horas se hayan producido novedades, pero siempre las hay. De modo que, ante tanta avalancha de noticias nada edificantes, reiterativas y espeluznantes, he preferido no ver la tele, ni oír la radio, salvo lo estrictamente necesario, es decir solo las noticias de la mañana; el resto del tiempo lo ocupo en otras actividades como leer, escuchar música o pasear a solas, remedios de desintoxicación.
Tantas han sido mis ganas de desconectar de todo esto y de que se produjera un cambio en las temperaturas que ayer decidí comprar una revista de moda para ver los avances y novedades de esta temporada. Un acto frívolo y sin consecuencias para la salud mental, me dije. Es lo que creía. Claro que no podía imaginar, como un acto tan sencillo, iba a producir en mí un revulsivo tan desagradable. Se publican en dos formatos, uno en tamaño grande, de mesa de café, así lo llamo yo y otro más pequeño, de bolso, como diría un comentarista de estas cuestiones.

Y aquí está la historia que voy a contarles. 

Para empezar elegí el formato de mesa de café. Una porque la iba a leer a la hora que se supone que un español saborea un cortado o un café y otra porque el contenido es más grande, ya sean las fotos de los modelos o la letra de los comentarios y por tanto más cómodo de ver y de leer. Con lo que no contaba es que para poder comprender lo que leía, además del cortado, tenía que tener un diccionario de inglés. Tal cual. Y ahora les diré por qué.

El formato de estas revistas está muy bien pensado, es distraído,  tienen multitud de detalles mezclados que te obligan a ver la revista más de una vez, siempre encuentras algo que no habías visto en la ojeada anterior pero, ¡ay! la palabra escrita es otra cuestión muy diferente. Mientras que lo que ves lo entiendes, lo que escriben es un galimatías incomprensible . Veamos algunos ejemplos de esta revista en concreto.

Las primeras páginas se van de un soplo en publicidad hasta que entramos en lo que de verdad nos interesa y eso está en la: 

Pág. 7. Una serie de collares de diferentes formatos y colores y al lado el siguiente comentario: "Elige uno y llévalo con dos piezas de punto y sneakers. Con tu dress de cuello alto inclínate por uno de cuentas de colores" .
- Un poco más allá unos bolsos de pelo en distintos colores llevan el siguiente comentario: La estética furry llega a los complementos. ¿Lo último? combina la funda de tu smartphone con el clutch.

En la esquina superior de la misma página una falda, un jersey de punto, un bolso y unos mocasines: "Dale un giro a tus looks working mezclando prendas femeninas con otras boyish"

Y estoy en la página 7. La revista tiene 146.

Pág. 8. Un mocasín negro de piel con punta metálica y suela de goma corrida, como una zapatilla de deporte: "Luce las slip-on con unos pitillos capri, sudadera oversize y bolso shopper.   

Abro al azar otra página.
               
Pág. 12. Vestidos por debajo de la rodilla en distintos colores y texturas: "El espíritu "normcore"  llega a los vestidos". (Lo que yo interpreté es: El espíritu "No corras" ha llegado a los vestidos). 

Continúo con el azar.

Pág. 28. En la página una modelo muy joven con una falda de cuadros tableada  como los uniformes de colegio y a la rodilla, una camiseta de manga larga en cintura, un bolsito en la mano que también se puede colgar al hombro y,  en la pág. de al lado, las mismas prendas solas, más un abrigo hecho con dos tejidos: pelo y lana. Al loro con el comentario:  "Falda fifties, abrigo cocoon, peto boyish y jersey college son las opciones de street style de nuestras it girls". Después de leer esta frase, me miré en el espejo para ver el morado de los ojos.



                                                         La falda escocesa tipo "tartana"

Pag. 104. "El stilo más caliente" anuncia esta página. Y ahora, atención que no tiene desperdicio: "Llevamos las 11 tendencias más "hot" de la pasarela al "street Style" en versión "low cost". Ficha el tuyo y el outfit estrella con el que arrasarás. Recuerda: en invierno tu look es el abrigo. Por lo que he podido ver todo este collar de palabras - perlas se refieren a abrigos de pelo de distintos largos y colores. Y no es que me haya molestado en buscar el significado en un diccionario sino que las fotos hablan por sí mismas.




                                            Los abrigos que se pone el Coco para asustar
                                   

Por aquello de un ejemplo de cada cosa, llegamos a la página de las faldas de tubo de toda la vida por debajo de la rodilla y que ahora se llaman "Faldas lápiz". El comentario es el siguiente: " La midi de cuero también funciona con una blusa troquelada y una bomber.






                          Las faldas de tubo de los sesenta. ¿Alguien las recuerda con un lápiz?


Y ahora, una vez vistas todas las novedades en la moda "NOS VAMOS de tiendas" en la página 95 que reza así: "...para llenar el armario de faldas college, camisas con lazada y abrigos de corte oversize. ¿Lo imprescindible? un pantalón japo con trench fluido.

Y así sucesivamente; no hay un hueco libre. Hasta los cuadros escoceses de toda la vida, ahora se les llama tartán,  nombre de la falda de los clanes escoceses y que yo, naturalmente, asocio con las tartanas, que nada tienen que ver.    


¡Por Dios y la Virgen! ¿Se puede ser más rematadamente cursi? Por lo visto en algunas revistas de moda hay una máxima: alcanzar la cima de la estupidez  más absoluta en los comentarios porque, aunque nadie los lea, ni los entienda, ni les interese, la persona que los escribe tiene que dar la imagen de estar impregnada del espíritu de los grandes modistos que guían su pluma en sus exóticos comentarios y, de ese modo, poder resaltar con autoridad el atractivo de sus creaciones. Con un poco de suerte, hasta con la bendición de la mismísima "Maison" (nombre con el que se designa el taller de Chanel). Y, a fe mía, como exclamaría un caballero medieval, no lo han conseguido ya que, y aquí me río a carcajada limpia, los grandes modistos de la historia de la moda son y siguen siendo franceses e italianos que, durante décadas, han tenido el monopolio de la creatividad, de la elegancia, de las tendencias en la moda y del saber estar en el vestir, tanto para las mujeres como para los hombres, con lo que, lo lógico sería pensar que los comentarios, estuvieran salpicados de palabras en francés o en italiano y sin embargo, y aquí es donde vuelvo a enarcar una ceja, la susodicha persona utiliza palabras inglesas para designar a las distintas prendas, un idioma que nunca se ha distinguido precisamente por representar ninguna de las cualidades de la alta costura. Desde luego, si hubiese que utilizar algún idioma que no fuera el autóctono debería ser el francés, incluso el italiano, pero nunca el inglés. Es posible que en algunos lugares este idioma sea el único modo de llegar a la gente, pero aquí en España, en toda Latinoamérica, en algunos estados de USA y en unos pocos países africanos donde solo se habla español, les aseguro yo que solo sirve para, o bien ignorarlos o bien para sacarles punta y reírse a carcajadas. Naturalmente, no se me ocurre consultar un diccionario para poder entender los comentarios de una revista de moda ya que las fotos hablan por sí mismas y, desde siempre, han tenido un nombre en español y, si no lo tienen, nosotros se lo damos rápidamente como es el caso de las papas quineguas en Tenerife. No voy a contarles la historia del nombre para no aburrirles pero sí de donde procede: King Edwards = Quineguas. Fácil, ¿no? Totalmente españolizado.

Volviendo a lo que estaba contándoles, ni una sola página de esta revista, comenzando por el nombre, se salva de estos tontos, ininteligibles y absurdos comentarios, ni siquiera con un complemento tan sencillo y universal como una cartera de mano color mostaza de toda la vida a la que le endilgan lo siguiente: "Cásalo (masculino, y es que tras muchas vueltas llegué a la conclusión de que se estaba refiriendo al nombre que le dan a la pobre cartera: clutch)  con un jumpsuit color caqui,... y abrigo furry. Me dio hasta miedo seguir las instrucciones, porque ¿y si el jumpsuit ese se lo come o lo destroza a dentelladas y me quedo sin la cartera? porque a mí me suena a animal depredador, con más hambre que un quinceañero. Y no digamos la furia desatada del abrigo Furry, que por algo lleva ese nombre.

Asqueada y hartita hasta la náusea de semejantes bobadas, me lancé a hacer un recorrido por las tiendas. Quería ver de qué manera se traducían los comentarios de las revistas en las prendas de vestir de la nueva temporada. No pude. Antes de entrar, el golpe me lo di de lleno en la frente. Delante de un escaparate de Zara donde se exhibía un maniquí masculino con una serie de prendas muy bien conjuntadas, vi, impreso en el cristal lo siguiente: "Man on 2da".  Constaté que nadie lo leía. No obstante me pregunté si no habría más de ese estilo en otros comercios. ¡Santo cielo! No es que haya unos cuantos, estamos invadidos de anglicismos. Lo más hilarante es que nadie los lee y a nadie interesan. CyA me quedaba en la misma ruta y delante de la puerta colgaba un cartel gigantesco con la palabra ¡WOW!  ¡Qué precios! Supuse que significaría nuestro: ¡GUAU! de siempre. Dos pasos más allá, una tienda Natura exhibía un cartel en el escaparate con la siguiente frase: "Good News by Natura". ¡Bendito sea el Señor! que diría Sor Etelvina y yo exclamé para mis adentros, esto es peor que una invasión de extraterrestres. No hay un comercio que escape a semejante estupidez. Una tienda de cosméticos muy bien situada, riza el rizo con esta tontería, es decir desde el nombre de la tienda: Beautik y en letras más pequeñas "make up". Esta vez no resistí la tentación de entrar y preguntar. Observé a los dos dependientes: uno era un joven veinteañero con la cara pintada de distintos coloretes que atendía a una señora y, una joven, unos años mayor, que me dio la impresión de ser la encargada. Me dirigí a ella y le pregunté: "Perdona, ¿cómo se llama la tienda?" Biutic me contestó. No será BEAUTIK le recalco la palabra despacio y con alevosía. No, así se escribe pero se pronuncia Biutic, me contesta ¡Ah! y, ¿qué significa? Pues, belleza, salón de belleza. ¡Ah! exclamo yo, mientras sin disimulo alguno lo escribo en mi cuaderno de notas. Y, ¿make up? le vuelvo a preguntar. Antes de que pudiera contestarme, el veinteañero, que se ve que tenía puesta la oreja en nuestra conversación, se giró interrumpiendo las explicaciones a la clienta que estaba atendiendo y me dice en un tono de entendido pijotero: "Maquillaje". Después de aquello me fui directa al baño a vomitar.
 Podría seguir hasta cansarlos, pero tendré compasión. Es suficiente con la muestra.

En lo único que ha acertado la revista es con mi horóscopo que dice: " Tu objetivo lo tienes bien claro en la cabeza: salir de donde estás y pirarte fuera. Ahora hay que allanar el camino para que esto se haga realidad y que no se quede simplemente en el mundo de los pensamientos y los deseos". En la cabecera un gorrito de punto blanco con la palabra PARÍS  bordadas en negro.  SI SEÑOR.

Y ahora la segunda parte.

Al día siguiente decido acercarme a unos grandes almacenes, que dicho sea de paso, les di mi bendición porque no encontré ni rastro de anglicismos, salvo el nombre de las marcas de los productos que vendían y, tras varias vueltas, llegué hasta la sección de zapatos, de calzado, de coturno... Y estando allí sucedió otra sabrosa historia que les voy a contar a continuación:

Un matrimonio inglés, turistas y de mediana edad, intentaban hacerse entender con la dependienta en su idioma y cuanto más se esforzaban menos los entendía la chica; la pobre no tenía ni idea de lo que le hablaban, salvo palabras sueltas. Yo estaba muy cerca de ellos atenta al desarrollo de la conversación dado que estaba con las secuelas de la revista de moda y de los anglicismos de las tiendas y, por tanto, muy sensible. De pronto, el hombre hizo un gesto de enfado con un punto de alteración en la voz: la dependienta no le entendía. La chica se encogió sobre sí misma como un caracol en verano, con aire de culpabilidad, compungida, apurada y a punto de soltar una lágrima. Fue el momento en el que decidí que debía intervenir.
Lo primero que hice fue preguntarle al hombre "Do you speak spanish", a lo que me contestó que no, luego le pregunté si sabía francés a lo que me contestó "Oui, oui". Entonces, dado que mi inglés solo se limita a la frase que le había soltado, le dije en francés lo siguiente: "Mi querido señor, no sé si sabe que se encuentra Ud. en España, que aquí se habla español, como en Rusia el ruso, en China el chino y en Inglaterra el inglés. Si bien en muchos países se hace el esfuerzo de hablar en español y en inglés, por aquello de ser las dos lenguas más habladas en el mundo, no debería Ud. enfadarse si estando en España solo le hablan en español, pues, cuando los españoles van a su tierra, a Inglaterra, o al Reino Unido, como prefiera, nadie, absolutamente nadie, es capaz de hablar una sola palabra en español. Es más, los dependientes, los empleados públicos y cualquiera que esté cara al público, son capaces de dejarle a Ud. con la palabra en la boca, darle la espalda y hacer un gesto de mala educación como demostración de que el hecho de no saber inglés es algo así como ser un pobre diablo que no tiene donde caerse muerto y por lo tanto no es digno de ser atendido. Y, sabe qué, no sé qué hará esta chica que le está atendiendo, pero si de mí dependiera, es decir, si yo estuviera en su situación, actuaría de la misma manera que lo hacen Uds. en su país para con los españoles que la visitan. Por esa razón y para terminar, le diré que cuando el zorro ladre en español, quizá, solo quizá, me plantee que ha llegado el momento de que yo aprenda inglés. Entretanto, le sugiero se compre un diccionario  para hacerse entender, como tenemos que hacer los españoles que no sabemos inglés, cuando visitamos su país". Solo me faltó echar espuma por la boca, pero no, le solté el discursito sin el más mínimo atisbo de alteración, amable y serena, aunque con ganas de proferir unos cuantos exabruptos. A continuación miré a la dependienta, ¡pobre!, que seguía atenta la conversación aunque sin entender una palabra, mientras la pareja, un tanto azorada, sacaba un diccionario de la mochila. Sin tan siquiera mirarme se dirigieron a la chica y juntos se dedicaron a ojearlo en busca de las palabras necesarias para hacerse entender. Yo me limité a dar media vuelta y a desaparecer, mascullando lo que me habría gustado decirles y que no hice porque, "no se debe ser maleducada ni perder la compostura en ninguna circunstancia". Fue lo que me enseñaron, '¡Qué le vamos a hacer!  




                                        En el metro de Londres consultando el diccionario.


Y, en este punto de saturación de estupidez lingüística recordé el enfado diario de una compañera, profesora de Lengua en un Instituto de Madrid que, durante la media hora del desayuno, no paraba de quejarse acerca de lo que estaba sucediendo en la educación secundaria y, desde luego, no le faltaba razón. Ahora, hoy por hoy, en estos momentos, en este instante, resulta que los institutos deben aspirar a ser bilingües: español-inglés. Los que puedan y tengan medios, claro está. Hasta aquí no parece nada del otro mundo, ni nada reprochable, todo lo contrario si tenemos en cuenta la globalización y la necesidad de entendernos, pero, y aquí es donde creo que hemos perdido del todo el Norte, como diría un explorador, una cosa es aprender inglés con métodos modernos que agilicen su aprendizaje y otra muy distinta que haya que dar las clases de todas las asignaturas en ese idioma. Ella, con mucho acierto y gracia castiza, envenenada y desfigurada por el enfado, comentaba: "¿Se imaginan que en Inglaterra se modificaran lo planes de estudio y se obligase a los alumnos a estudiar todas la materias en español?" ¡Antes se seca la campiña y con razón! Pero si los alumnos no saben ni la gramática española ¿cómo quieres que aprendan el inglés? ¿Los tiempos verbales? ¿Eso qué es? ¿El pretérito perfecto de subjuntivo? ¿En qué idioma hablas, eso es un Manga o qué?

 ¿Creen que esto acaba aquí? ni lo sueñen, no es ni el principio del fin.


Continuará.